martes, 13 de agosto de 2013

Del diario de Pedro Astudillo

La Impro y el Bloque de Hielo.- Dentro del campo musical estructural sobre una escena, cuyo discurso vaya de acuerdo, y sobre, las lineas generadas en un acto, son de suma importancia para “contar algo”. Mi disposición al crear varios paisajes sonoros para la obra “Siete Fantasmas” contiene varias sincronías conscientes e inconscientes reflejadas sobre cada estado de ánimo de los participantes, y claro, la de los interpretes de la obra. Existe un momento (y momentos) en el cual la obra y la música se separan para tomar riendas distintas, es decir, diálogos poéticos con personalidad propia, pero, con distintas personificaciones; es ahí donde genero varias situaciones sonoras independientes al hilo conductor de la misma. Genero sonidos abstractos en un inicio y concluyo con sonidos “clásicos” (por así llamarlo) en un posible final expresando sobre la composición sonora gran parte de mis influencias contemporáneas de la música academia del siglo XX, como un recurso conexo para el discurso musical que logro generar como también la improvisación aleatoria, que, se escuchan al inicio de la obra, y en una suerte de fusión contemporánea, con características Impresionistas muy de mi agrado. Creo que el trabajo logrado en lo que yo considero el Diseño de Sonido y la Composición Musical (los más afines a mi carrera académica) se compactan y dialogan con lo que el Director de la obra quiere expresar, exponer y crear dentro de la audiencia como en sí mismo. Siete Fantasmas es, fue, y será un medio para expresar lo que no está expresado, en el tiempo, y cuan posible sea, la obra de Arte.

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