sábado, 3 de agosto de 2013

del diario de ernesto

hace más de una semana que estrenamos. luego de aquella noche, solo se desbordó en todos un cansancio terrible. fueron tres meses de trabajo y de búsqueda. de búsqueda sin saber lo que buscábamos. sin saber si íbamos a encontrar algo. si ese algo es lo que necesitábamos. lo que queríamos. en ese camino de oscuridad, algunos momentos se erigieron como faros. algunos otros nos confundieron y nos perdieron. pero, como desde la propuesta original lo fue, esto fue principalmente un camino de búsqueda y hallazgo. o de pérdida y ganancia. lo cierto es que tenemos una experiencia creativa compartida, llena de momentos de mucho gozo, de mucha danza per se, de mucha música maravillosa y rotunda. de espacios de luz. de espacios de silencio y panorama musical. de abrazos y pérdidas. de desencuentros y placeres. crear es tarea complicada y de una domesticidad que corroe. hay que sobrevivir al diario compendio de tareas, de deberes. y si se sobrevive es porque finalmente el cuerpo que se mueve y que atraviesa el espacio, junto con la música que le empuja o le acompaña, es el lugar donde todo cobra sentido, donde todo se vuelve real. porque todo lo que está al rededor es mentira. todo lo que decimos o deseamos es tan mentira como que esto que escribo es verdad. y es más difícil e ingrata esta labor, cuando decidimos probar sin red de seguridad. sin una cabeza y una mirada externa. y es aún más duro, porque sabemos que los devaneos del creador/intérprete no son suficientes para el espectador; aún cuando pidamos -como jacques ranciérè- un público activo y generador de sentido. así que aquí estamos hoy, alegres y cansados. un tanto tristes también. o un mucho... no lo sé.

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